Nuestra Glándula Timo es el principal instrumento de nuestro “médico interior” “director de Orquesta”
El principal instrumento del “médico interior” para la dirección el sistema inmunitario es la glándula Timo, que se encuentra debajo del esternón y por encima del corazón. Hasta hace unas décadas se pensaba que su única función era segregar hormonas de crecimiento durante las primeras etapas de la vida. Actualmente se conoce que es el sistema inmunitario, pues recibe órdenes del cerebro e “instruye” a los diferentes tipos de células T, que terminan su especialización en el Timo. Además libera varias hormonas y el factor tímico del suero, que regula muchas funciones inmunes. El Timo es muy vulnerable al ataque de los radicales libres y tiende a atrofiarse con la edad. Para evitarlo es conveniente asegurarse de que se obtienen los suficientes nutrientes antioxidantes (vitaminas C y E, selenio, cinc y betacaroteno entre otros) y vitamina B6.
Ver vídeo:
EJERCICIOS PARA ACTIVAR EL TIMO, LA GLÁNDULA DE LA FELICIDAD.
http://www.youtube.com/watch?v=uyJKUfhIOtY
Visualizar la glándula del Timo estimula las defensas
Se puede imaginar cómo las células defensivas eliminan los microrganismos patógenos o las células dañadas. También puede visualizarse la fuerza sanadora generada desde el centro del pecho-donde se encuentra la glándula Timo- que se extiende a lo largo de todo el cuerpo. Cuanto más intensa, realista y emocionante sea la imagen más eficaz será para estimular nuestras defensas.
Timo
El timo es un órgano del sistema linfático, responsable de la maduración de los órtex profundo (o paracorteza) y médula, tiñéndose el córtex superficial de color oscuro, y la médula de color claro tras realizar una tinción. La corteza se compone de linfocitos estrechamente apiñados, células epiteliales denominadas epiteliales reticulares que rodean a grupos de linfocitos, y macrófagos. La médula contiene, ante todo, células epiteliales reticulares, además de linfocitos muy dispersos. En la médula los asterístos corpúsculos del Thymus (o de Hassall), que son capas gruesas concéntricas de células epiteliales reticulares aplanadas y llenas de gránulos de queratohialina y queratina.
Su estructura se origina de la tercera bolsa branquial en el feto, que aparece completamente desarrollada en el tercer mes de gestación (de 12 a 15 g), y continúa creciendo hasta la pubertad donde alcanza su máximo crecimiento (entre 30 y 40 g). Luego involuciona atrofiándose de forma progresiva y constante, produciéndose el reemplazo del tejido tímico con tejido adiposo y conectivo areolar y alcanzando, en la edad adulta, unos 10 ó 15 g, siendo sustituido buena parte de él por tejido adiposo.
Funciones
El timo ejerce una clara influencia sobre el desarrollo y maduración del sistema linfático y en la respuesta inmunitaria defensiva de nuestro organismo. También puede influir en el desarrollo de las glándulas sexuales. El timo es un órgano linfoide primario en el cual tiene lugar la diferenciación de los linfocitos indiferenciados (linfoblastos T) que salieron de la médula ósea; ingresan en el timo y van colonizando diferentes zonas del mismo, al tiempo que maduran y se diferencian. La primera área colonizada es el córtex superficial. De ésta pasan al córtex profundo y finalmente a la médula del timo. A lo largo de este recorrido, los linfoblastos T adquieren los receptores antigénicos específicos y aprenden a no atacar a los antígenos propios del individuo (autoantígenos), convirtiéndose en linfocitos T maduros.
También puede considerarse como un órgano del sistema endocrino y por tanto una glándula endocrina, ya que secreta hormonas y otros factores solubles, que además de controlar la producción y maduración de los linfocitos T en el timo, regulan la actividad y las interacciones de las células T en los tejidos periféricos. Se conocen tres polipéptidos, con características hormonales, secretados de este órgano, que son la timolina, la timopoyetina y el timosina.
Posee un monitoreo constante de nuestro cuerpo y allí dónde detecta alguna anormalidad, lanza los glóbulos blancos para restituir el tejido normal. Y lo hace con una eficiencia notable.
Toda la especie humana debe su supervivencia a este maravilloso sistema que nos protegió mucho antes de que existieran antibióticos, medicamentos, medidas higiénicas, etc.
Sin embargo, como todo sistema de nuestro cuerpo también puede estar sometido a desequilibrios. De tal forma que cuando funciona con menor capacidad de la normal aparecen las enfermedades. Esto también abre las puertas a la invasión de todo tipo de microorganismos que aprovechan estas brechas para su ingreso.
Otro tipo de enfermedades de nuestro sistema inmunológico son las autoinmunes, que son aquellas dónde nuestro “ejército interno” se enloquece y termina atacando a tejidos normales de nuestro cuerpo. Algunas enfermedades autoinmunes son la esclerosis múltiple, la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, el lupus, etc…En este caso existe un lazo detectado entre el aumento del estrés y los picos de ataque de estas enfermedades.
El crece cuando estamos alegres y encoge cuando estamos estresados y aún más cuando nos enfermamos. Esa característica confundió durante mucho tiempo a muchos, que a través de las autopsias y siempre lo encontraba achicado y encogido. Se suponía que se atrofiaba y dejaba de trabajar en la adolescencia, tanto es que durante décadas muchos médicos bombardeaban timos perfectamente saludables con altas dosis de rayos X, creyendo que su ‘tamaño anormal’ podría causar problemas. Más tarde la ciencia demostró que, así mismo aunque encogiéndose después de la infancia, él sigue siendo activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas adrenales y está directamente relacionado con los sentidos, la conciencia y el lenguaje.
EL SOL EN EL PECHO
- Póngase cómodo. Busque su lugar tranquilo y aireado.
- Masajee suavemente el centro de su pecho. Visualice que allí hay un capullo de una flor que se va abriendo despacio a medida que recibe su cálido masaje. Esta visualización
activa nuestra glándula Timo.
- Con el puño flojo golpee amablemente el centro del pecho. Siga visualizando la flor que se abre.
- Ahora comenzamos el ejercicio propiamente dicho después de la preparación anterior.
- Extienda sus brazos hacia adelante, palma frente a palma. Cierre los puños. Esa va a ser la posición de partida.
- Inhale por la nariz en forma lenta y profunda, al mismo tiempo traiga sus codos bien hacia atrás, bien pegados al cuerpo. Intente que sus omóplatos se acercan lo máximo posible
y que el pecho se abra bien.
- Retenga el aire. Visualice entonces un sol brillante y poderoso en el centro de su pecho. Sienta su calor y poder de vida.
- Cuando llegue al límite de la retención, exhale por la boca entreabierta, mientras lleva sus brazos a la posición de partida.
- Repita la técnica de 5 a 15 minutos. Si ya tiene problemas en su sistema inmunológico conviene hacerla varias veces al día, todos los días hasta alcanzar mejoría
evidente.
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Andrea (jueves, 03 mayo 2018 14:48)
Gracias, muy claro, facil de entender.
REMIGIO (domingo, 29 septiembre 2019 04:34)
Muy eficiente sus consejos, que realmente debemos practicar todos, gracias por compartir tus conocimientos.
Mariluz (jueves, 24 octubre 2019 00:04)
Gracias por esra valiosa información.